viernes, 27 de febrero de 2009

"El método Gronholm"


Cuando escogí ver esta obra pensé que era más propicia para mis amigos, cuyas carreras están más relacionadas al mundo empresarial y de gestión, que para mí que estudio Medicina. Estuve parcialmente equivocado. El método Gronholm logró desarrollar aspectos que interesaron a esos 3 despistados amigos que fuimos a verla y permitió, y no temo equivocarme, instantes de identificación, de empatía con ciertos personajes pero sobre todo un juego infausto con nuestra inteligencia pues era preciso evaluar cada movimiento, palabra y sensación puesta en escena.

La historia es así: 4 postulantes a un puesto de trabajo llegan a la entrevista, al parecer conjunta, sin presentir lo que pueda ocurrir. Al parecer simple, propicio de una comedia. Sin embargo, un sobre les advierte que los observan y que están siendo examinados por los evaluadores. Además, ellos tendrán que pasar por un número de pruebas para obtener el ansiado puesto en esta transnacional que además ofrece una muy buena remuneración. Quien no desea participar pueda salir de la sala pero quedará descartado.

No puedo negar que en los primeros minutos me dejé llevar por la risa fácil, propiciada por el genial Gonzalo Torres y la leyenda de la actuación Miguel Iza. No es que no me estuviera entusiasmando mucho pero lo sentía light. Pero ¡ojo! Esos fueron los primeros minutos (minutitos tal vez). Cuando aparecieron la increíble y bella Norma Martínez y el sorprendente Roberto Ruiz esta comedia alcanzó gran vuelo pues la interacción de los 4 actores fue realmente brillante con diálogos rápidos e inteligentes cuya primordial función es confundirnos y atarearnos con algún fin aún no descubierto.

Y el asunto es precisamente ese: Que nos encandilemos con su montada complicidad, que disfrutemos cada frase precisa con un humor muy inteligente, que cada gesto nos haga regodearnos de risa. El problema es que nos estamos olvidando que cada uno quiere el puesto de trabajo y está usando todas las estrategias posibles para que el otro quede mal, para demostrar quién está mejor capacitado, quién maneja mejor las situaciones, quién domina a todos con su aparente debilidad. A estas alturas la comedia abre paso a algo más sórdido. Estamos ante gente que nos engaña, ante seres humanos que no sabemos si son sinceros, si tienen o no escrúpulos, que usan sus artimañas para no solo engañarse entre ellos sino engañarnos a nosotros. Lo más curioso es que nunca dejamos de reír pese a que en todo momento, como ya dije, juegan de la manera más ruin con nuestra inteligencia y con nuestra sensibilidad y nos evidencian como seres frágiles que no podemos ser perspicaces y como si estuviéramos en un limbo de incomprensión y obstinación en el que a pesar de las terribles verdades seguimos cayendo (y riéndonos) con cada estratagema.


El final de la obra fue realmente desconcertante. Evidentemente no lo contaré pero salí bastante asustado como les confesé a mis amigos. ¿Será que hay gente así en la vida real? – me preguntaba. ¿Será que todos nosotros adoptamos posturas y poses por pura estrategia? ¿Quién es absolutamente honesto en esta vida? ¿Todos escondemos algo para evitar se humillados, para ignorar nuestra carencias, para sacarlo en el momento propicio para atacar, para que sea un arma o simplemente para manejar a los demás? ¿Nos enseñan desde niños o lo aprendemos a lo largo de todos estos años? ¿Hasta donde somos capaces de llegar para conseguir lo que queremos? ¿Estamos dispuestos a atacar, humillar y aprovecharnos de las tragedias de otros para utilizarlas en nuestro beneficio? ¿Tenemos parámetros para aceptar a los demás? ¿Somos previsibles, inteligentes, taimados? Y finalmente, ¿Sabemos con quién o quienes ser verdaderamente honestos? Como verán terminé con muchas dudas, pero quiero pensar que es parte de mi personalidad.


Cuando en casa mi madre me preguntó cuál fue el mensaje de la obra, por un momento no supo qué responderle porque como bien anotó Alonso Alegría en Perú 21 no hay un mensaje claro, no hay un cuestionamiento a este tipo de selección de personal pero yo, nuevamente, me pregunto: ¿Es necesario que haya un mensaje con respecto a esto? Yo creo que no. Los psicólogos y psiquiatras tienen infinitas razones para crear un método Gronholm o con cualquier nombre pues yo opino que lo más importante es evidenciarnos como verdaderamente somos y a través de estas pruebas podemos sacar los mejor y peor de cada uno.

Como verán, la obra me entusiasmó mucho. Usualmente salgo bastante satisfecho de la sala pero, esta vez, además de ello y de mis temores sentí una profunda curiosidad por conocer más acerca de lo complicados, absurdos, imprevisibles y astutos que podemos ser los seres humanos. De repente me voy dando cuenta de por qué parte quiero llevar mi vida profesional. Bueno, pero para finalizar esa gran noche nada más agradable que una grandiosa conversa con Klau y Csar tomando nuestros respectivos Frappuccinos…porque gratis son más ricos jaja. La obra está hasta el 21 de abril. No te la pierdas.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Jugando con fuego


El tango que tiene el mismo título que este post simplemente es encantador, sublime, elegante pero sobre todo imponente, majestuoso y solemne. Pero lo que lo hace más atractivo definitivamente es la increíble letra que tiene. Es un poco extraño escuchar un tango en verano pero no improbable porque siempre hay un gran motivo para disfrutarlo deseando bailarlo o simplemente gozarlo solo o, mejor aún, acompañado.



Yo tengo cuatro claveles
Uno por cada motivo
El encuentro, tu mirada
Mi secreto, nuestro olvido
Estoy jugando con fuego
Y en la yema de los dedos
Tengo el tacto de los días
Tengo el tacto de las noches
Tengo el tacto de los dos
Es inmoral sentirse mal
Por haber querido tanto
Debería estar prohibido
Haber vivido
Y no haber amado
Por eso tírame un beso
Que sigo preso
De nuestro encierro
Jugar con fuego
Si me quedé sin aliento
Y no pude dar contigo
Va a venir la noche negra
Para quedarse conmigo
Porque jugando con fuego
Puede ser que se lastime
Puede ser que se lastime
Puede ser que sufra un poco
Y nos quememos los dos
Es inmoral sentirme mal
Por haber querido tanto
Debería ser prohibido
Haber vivido
Y no haber amado
Por eso tirame un hueso que sigo preso
De nuestro encierro
Jugar con fuego
Estás jugando con fuego
Por un tango así
Y muy juntitos los dos
Para vos, reina.


Es inevitable, sin embargo, que surja esta pregunta ¿Quién, alguna vez, no ha jugado con fuego? Y evidentemente este fuego tiene nombre propio o, mejor dicho, nombres propios. Cada hombre, alguna vez y por más perro que sea, ha tenido o tiene esa mujer que lo ha llevado al límite de sus sentimientos. No hablo de una enamorada propiamente dicha sino de esa mujer con la cual has compartido cosas increíbles como miradas, sonrisas, canciones, momentos, besos, caricias, o simples sensaciones en cualquier parte del cuerpo (eso depende de cada situación ¡ja!) El problema es que esa mujer es prohibida, no solamente porque, de repente, tiene enamorado, sino porque corres el riesgo de enamorarte de ella. Es prohibida porque sabes que no quieres algo serio con ella pero no puedes evitar buscarla. Prohibida porque quieres algo con ella pero ella no y sabes que si la sigues buscando corres el riesgo de salir herido. Prohibida porque no pensaste que esto llegaría a tanto y se te está saliendo de las manos. Prohibida porque sabes que quieres posponerlo, porque ahora no es el momento para comprometerte, pero la buscas y la llamas. Prohibida porque es tu amiga y no quieres dañarla. Prohibida porque, como dice la canción, te está teniendo preso de ese encierro. Y es que es muy difícil alejarte de esta mujer prohibida.


Como dije hace un momento tal vez este “juego” no se aplique a la enamorada porque cuando estás con alguien sabes que esa relación puede ir bien o mal, puede durar mucho tiempo o puede estar condenada a acabar desde que empezó. Hay un riesgo que asumen ambos cuando empiezan algo formal. Sin embargo, el alejarte de la persona con la que no tienes algo oficial puede ser catastrófico porque si no han llegado a ser enamorados es porque ALGO no termina de cuadrar. Debe haber una razón por la que uno de ellos (o ambos) no se termina de decidir a mostrarse públicamente comprometido. El problema es que una de estas personas siempre termina ilusionándose de más y es esa persona la que intenta por todos los medios de que eso que están viviendo no acabe. Y la otra se encarga de que no empiece.

Lo más sano y lo que te recomendarán tus expertos amigos es que te alejes de esa persona, porque ese secreto e implícito pacto que hicieron al empezar el “juego” en el cual ninguno se comprometería de más o ninguno haría nada especial por el otro se rompió. Evidentemente, ahora las inseguridades y los miedos salen a flote pues puedes tener una sonrisa impostada solo para disimular que te sientes bien pero no tan bien. Lamentablemente cuando la situación llega a este punto es mejor auto cuestionarse si esto le hace feliz a uno. Si es así, es menester seguir adelante aun con el riesgo de saber que pueden estar jugando contigo y puedes salir herido o sin importarte lo que pueda sentir la otra persona a la que sabes ejerces una gran influencia emocional. Pero principalmente nunca, pero nunca te olvides que es inmoral sentirse mal por haber querido tanto.

lunes, 16 de febrero de 2009

Divago...en verano


Hoy quiero escapar.
Soy un ser insensible, serio, a veces introvertido y tímido.
También todo lo contrario.
Masoquista a veces.
Humillo y ofendo.
Cínico.
Pero me arrepiento.
Quiero odiar y no puedo.
Me río porque no puedo odiar.
Soy tonto.
Cambio esas 3 horas por los 3 segundos de tu sonrisa.
Y sabes que tu sonrisa no es tu sonrisa.
Cada vez me cuesta más entender.
Mis procesos son largos.
Complicados sí.
Pero procesos que ayudan.
Quiero un abrazo.
Luego, o antes, una cachetada.
Desahuévame.
Gracias.
Me daré un tiempo.
Pon fin de una vez.
Mejor posponlo como hizo el amigo.
El otro amigo también lo hará.
Fue una filosofía sabia.
Hoy no dormí bien.
Primera vez en años.
Desperté 3 veces y no te odié.
No quise estar ahí porque no estabas.
Tus gracias son mis de nada.
Qué angustia.
Papafrita.
Otra vez soy cínico.
Sabes que me burlo.
Soy superior.
También lo sabes.
La buena vida me dice que es verano.
No puedes con mis metas.
Te lo advertí.
No tienes cultura.
Te fascina.
Te atrae.
Ya es tiempo.
Ya fue.
Es tiempo.
Discúlpame, es un año.
Desaparece.
Mejor desaparezco yo.
No eres firme, pues.
Noto tu inseguridad.
Anda, ve y díselo.
Le haces daño, ¿no ves?
Juega contigo, ¿no ves?
Vístete de fiesta.
Toma vino y los licores caros.
Otra vez no tienes cultura.
Dejaré mi agresión.
Sorry, es verdad.
¿Qué quieres que haga, que baile?
Otra vez, la agresión.
Te estuve tratando mal.
¡Te usa!
Ya basta ¿no?
Para juegos estuvo bueno.
¡Ay los freaks!
Otra vez alucinaste que tenías poder.
Manejaste gente, de nuevo.
La amiga dice cosas ciertas.
No quiero estar aquí.
Ya no.
Yo también la amo.
Es que no es romántica.
Sonetos.
No los valora, pues.
Mejor huye.
Duerme.
No me diste mi abrazo.
No te dije happy birthday.
Happy birthday.
Empanadas con frap en Starbucks.
La misma historia de siempre.
No hay entusiasmo ¿ves?
Nos botan, claro.
Vete, vete, vete, pero ya.
No llames tan tarde ¿sí?
Mira cómo ríe el tiempo.
Hoy estás en su lugar.
Ya no te insultaré-pienso.
Siempre te cuento.
Frágil.
Mis divagaciones, sorry.
En el limbo.
¡Necesito un tono!
Eres mi amiga.
Pregúntale a él, pues.
Pensé que iba volviendo a tener forma.
Es por aquí, por aquí. ¿O por aquí?
Pues es verano.



*Gracias a la persona que me pasó esta canción. Está buena.

¡HURRA POR LA TETA ASUSTADA! y el estreno de algunas obras de teatro.


Creo que no hay mucho que decir.
Ganó todo el equipo de Claudia Llosa y de Magaly Solier en "La Berlinale".
Un triunfo que es únicamente de la Directora y de su equipo y que nadie pretenda colgarse. (Lo digo por ya sabemos quién).





Por otro lado, es mi deber anunciar el estreno y las sinopsis hechas por Teleticket de algunas obras de Teatro.

1.- "EL MÈTODO GRONHOLM" de Jordi Galcerán. Dirigido por Sergio Llusera.



El método Gronholm es una sátira sobre el mundo de los procesos de selección de personal. Cuatro postulantes para un puesto de alto nivel en una de las más prestigiosas empresas transnacionales del mundo, se presentan en una oficina para la última etapa del proceso de selección de personal. Pero no se trata de un proceso convencional, sino que se sigue un método concreto, el método Gronholm. A través de las distintas pruebas eliminatorias, los implicados van descubriendo sus diferentes personalidades y reflexionarán, en tono de comedia, sobre ciertas prácticas del mundo corporativo actual. Mediante un corrosivo e inteligente sentido del humor, apreciaremos hasta dónde son capaces de llegar para conseguir el ansiado puesto.

He aquí el video hecho por El Comercio.



Actúan:
Miguel Iza.
Norma Martínez.
Gonzalo Torres.
Roberto Ruiz.

Dónde: Teatro La Plaza Isil de Larcomar.

Precios: De jueves a domingos 45 soles adultos. 25 soles estudiantes.
Lunes y martes populares: 35 soles adultos. 15 soles estudiantes.

2.- “PEQUEÑAS CERTEZAS” de Bárbara Colio. Dirigido por Alberto Ìsola.



Pequeñas Certezas sucede entre la ciudad de México y Tijuana, Mario es un hombre que viaja constantemente entre las dos ciudades. En el DF, conoce a Natalia, con la cual inicia una relación amorosa y con la que planea irse de viaje a un lugar lejano, donde podrán empezar una nueva vida. En la víspera, Mario regresa a Tijuana donde su hermano Juan lo descubre en un fraude y lo enfrenta. Discuten. Mario sale de la casa y es la última vez que se le ve. Desaparece. Desde el DF, Natalia intenta saber qué pasó con Mario. Seguida por su Madre, emprende un viaje hacia Tijuana con el propósito de saber más de Mario, el padre del hijo que espera. En Tijuana, los hermanos de Mario, Juan y Sofía se sienten amenazados por la presencia de Natalia y el enfrentamiento entre ambas familias estalla. Entre el dolor que los rodea, la Madre y su singular manera de resolver los problemas, haciendo un delicioso pastel de chocolate, enfrenta a estos seres desamparados, ante la certeza de que sólo podrán sobrevivir si pueden asirse a las pequeñas convicciones cotidianas que la vida les da. Pequeñas Certezas es una historia de cruces, suspenso, deseos perdidos y humor negro.

He aquí el video hecho por El Comercio:



Actúan:
Haydeé Cáceres.
Gonzalo Molina.
Urpi Gibbons.
Wendy Vásquez.
Alejandra Guerra.

Dónde: Teatro Centro Cultural PUCP.

Cuánto: De jueves a domingo: 35 soles adultos. 25 soles estudiantes.
Lunes populares: 25 soles.

3.- EL MISTERIO DE IRMA VAP



Regresa por una corta temporada, una de las comedias más divertidas de los últimos años. Giovanni Ciccia y Sergio Galliani interpretan a ocho personajes, sorprendiendo a todos con sus rápidos cambios de personalidad en un montaje dirigido David Carillo lleno de trucos teatrales, transformaciones sorprendentes, un piano tocado en vivo y muchísimo desenfenado y humor. Todo esto entre momias, hombres lobos y vampiros en una historia que amenaza con matarlos..... De risa.

He aquí el video hecho por El Comercio:



Actúan:
Giovanni Ciccia.
Sergio Galliani.

Dónde: Teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional.

Cuánto: De jueves a domingo: 35 soles adultos. 15 soles estudiantes.

lunes, 9 de febrero de 2009

Drugs...


No debería estar hablando de esto porque simplemente la idea de legalizar las drogas, esta vez, la propuso un alcalde (Gustavo Sierra, Alcalde de Surquillo, el de la foto) a pocos meses de las elecciones municipales y, claro, puede tratarse de oportunismo político. Sin embargo, el tema es demasiado atrayente para mí y es que por alguna extraña razón las drogas, desde que soy muy niño, han ejercido en mí una particular fascinación. No sé exactamente por qué pero cada vez que veía alguna serie o película donde los personajes se drogaban me parecían que eran atormentados pero genios a la vez, una suerte de incomprendidos del mundo donde solo podían verse libres a través de esas sustancias y es algo bastante curioso porque las teorías científicas dicen que las drogas, en vez de liberarte, te atrapan, te envuelven y, claro, te dañan y mucho.

Contrario a lo que pueden estar pensando nunca he probado, siquiera, marihuana. Por más que las personas que consuman algo me produzcan infinita curiosidad y quisiera indagar sobre las razones por las que se drogan (aunque puedo adivinar ya las respuestas) nunca he tenido la misma curiosidad por probarlas. De repente suena contradictorio pero aunque yo a veces sea también un poco atormentado mis formas de liberarme son, por ejemplo, escribir, escuchar música, leer. Son las maneras en las que me siento inspirado y siento que puedo llegar a otras dimensiones a través de estos hobbies.


Aunque hay que resaltar algo. Yo he escuchado muchas veces que hay personas que lo hacen y que no ven que sea un vicio como la sociedad se ha encargado de demostrárnoslo. Sí, he escuchado que todo el rollo del daño es puro tremendismo y que un porro de marihuna no te va hacer ni un poco de daño. Pero, claro, son percepciones y opiniones que se respetan y se toman en cuenta. Tampoco hay que hacernos muchas paltas por estas cosas.


No obstante, hay que hacer hincapié en lo que escribí respecto a que “la sociedad se ha encargado de demostrárnoslo”. No hay que mirar muy lejos para ver que el número de personas que se envician y que no logran salir de este peculiar asunto es increíble. Durante mucho tiempo Maradona, considerado por muchos el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos tuvo serios problemas de intoxicación que empeoraron bastante su salud. Demás está mencionar a los miles de cantantes, integrantes de bandas, artistas, actores, actrices que cada día se consumen más. (Uno de los últimos casos que más llamó mi atención fue el de Phelps, el eximio nadador que ganó 8 medallas de natación en las últimas olimpiadas y que tuvo que salir a ofrecer disculpas por las fotografías que salieron de él, aparentemente consumiendo marihuana, corriendo el riesgo de perder millonarios contratos). Es por ello que poner el tema sobre la mesa es de vital importancia y no creo que aún esté del todo zanjado: ¿Se deben o no legalizar las drogas?


Las razones más válidas nos dicen que haciéndolo toda la red que opera sobre el comercio (llámese narcotráfico) disminuiría considerablemente pues se terminarían las mafias que solo alimentan el terror de un sector importante de la población. Además se incidió sobre un tema importante: la autonomía que tiene cada persona de hacer lo que le da la gana con su organismo. Por último, además de decirse que tanto el cannabis como la coca tienen propiedades curativas, se incentiva la idea de que las drogas se vendan en farmacias teniendo un registro de los adictos para que a la par que reciban un tratamiento se les vaya disminuyendo las dosis. Todas estas ideas bajo el precepto de consumo responsable (casi casi como el alcohol).

Las voces contrarias a todos estos planteamientos no se hicieron esperar, y claro, tratándose de un tema tan importante. Particularmente hablando voy a decir lo que pienso sin temor a caer en los “políticamente incorrecto”. Yo soy un total partidario de la autonomía de las personas y sí pienso que cada persona puede hacer con su cuerpo lo que le dé la gana siempre y cuando no interfiera con la integridad de otra persona. Y ese es el problema con muchas drogas (inclusive hablando de las legales como el alcohol y el cigarro). El problema es grande porque ¿quién te asegura que ese tipo, que religiosamente compra sus gramitos de coca todos los día para su uso personal, no te terminará robando dentro de unos meses porque no tiene dinero? Y claro aunque sea legal seguirá costando. Asimismo, en nuestro país (es lamentable que escriba esto porque me estaba rehusando a hacerlo) la gente simplemente NO es responsable. Nos dicen que no se debe tomar alcohol y manejar. Pero todos los fines de semana los reportes con accidentes de este tipo abundan en todos los diarios. Como leí en el twitter de Perú21 hay puentes peatonales pero a la gente le encanta cruzar por la carretera. Es decir, consumo responsable, ¡las pelotas!


Y bueno, respecto a las propiedades terapéuticas del cannabis y otras sustancias el tema aún está en el limbo. Recuerdo que cuando estaba en 1er ciclo para mi seminario tuve que preparar una exposición sobre un artículo precisamente del cannabis. Imaginarán la fascinación que tuve por esa expo. Quería saber qué último alcances tenía la medicina con respecto a este tema. Grande fue mi decepción cuando en las conclusiones no pude establecer una que fuera satisfactoria. Sentí que había sido una pérdida de tiempo leer ese artículo. ¡No decía nada! Simplemente te explicaban los procedimientos de uno de los tantos experimentos que se hacen en ratones pero nada sustancial. Lo que quería decir es que los experimentos siguen y seguirán, creo, por mucho tiempo. Además ningún estudio lo suficientemente serio como para tomarlo en cuenta ha publicado algo que contradiga que las drogas son dañinas y, mientras tanto, si no hay sustento no se puede decir mucho.


Finalmente, como futuro médico no creo que la mejor manera de alejar a alguien de las drogas sea quitándole las dosis poco a poco. Considero que es, hasta más dañino. Pero, bueno, eso ya hay que dejarles a los expertos. No sé exactamente que especialidad es (sospecho que psiquiatría) pero no descarto dedicarme a esto algún día pues, como decía, el tema es muy fascinante. Aun así soy partidario de la independencia de cada persona, por eso, si te drogas y te gusta hacerlo pues allá tú, es tu cuerpo pero, por favor, no le jodas la vida a nadie ¿ok?

A continuación una canción de esas que me relajan:

miércoles, 4 de febrero de 2009

INESTABILIDAD EMOCIONAL


Ayer mientras le contaba a mi amiga Pili sobre algunas decisiones que había tomado sobre lo que sentía (o no sentía) por “E” volví a mencionar las dos palabras que dan título a este post. Y es cierto. Ya con William habíamos llegado a la conclusión de que soy recooooontra inestable. Me gusta atribuir todo lo que me pasa a mi absoluta repulsión a la rutina y a mis constantes e imperceptibles cambios de ánimo. Pero si a eso le sumamos “emocional” la cosa se complica mucho más para mí, y para el resto de mortales también, porque lamentablemente mis amigos más cercanos no son los únicos que tienen que soportar largas y tediosas jornadas de explicaciones sobre lo que me sucede y los ya habituales momentos de angustia y poca lucidez que se puede resumir en “mandar todo a la mierda” (¿han sentido ese placer exquisito de decir “mandar todo a la mierda”? suena solemne, importante hasta imponente y como si todo fuera a cambiar y a ser diferente, esta vez sí) sino que el universo, inconstante, imparable y travieso hace que las consecuencias las paguen también cobradores y “guachimanes” que no tendrían ninguna vela en este entierro si no fuera porque se cruzaron en mi tortuoso camino, justo ese día o esos días (qué horrible esta frase, suena a cuando las mujeres están con la regla y hablan de “esos días”).


A lo que iba es por qué tengo esa nula capacidad a poder establecerme tranquilo y sin complicaciones. Constantemente tengo que estar cuestionándome sobre todo lo que sucede en el mundo y si sucede en MI mundo es peor porque no dejo de atribuirme teorías, conclusiones, planteamientos. A veces, todo lo atribuyo a mi condición de “hijo único” con el cargamontón que puede traer eso, es decir, los epítetos a los que ya me tienen acostumbrado como el mentado “egoísta”, “narcisista” “egocéntrico y miles de etcéteras; pero aun así no establezco una relación lógica entre ser el único y la manía (casi enferma) de complicarme por todo. ¿Y saben qué es lo peor de todo? Que no es algo hecho de manera ex profesa sino que fluye imperceptiblemente. De pronto puedo estar viviendo uno de los mejores momentos de la vida pero súbitamente me empiezo a sentir intranquilo, perturbado. Como si lo que me pasara no fuera real sino más bien una joda de Tinelli o parte de un reality show donde después veré las cámaras y me sentiré realmente estúpido y un payaso por haberme creído algo que pensé que era cierto. Y por supuesto aquí empiezan los problemas porque es como si el universo, una vez más, inconstante, imparable y travieso hicieran que esos momentos de dicha se reviertan.


Pero lo más curioso de todo esto es que no es como muchos puedan pensar, es decir, que no vivo el momento. Claro que lo vivo y soy feliz. Todos esos sentimientos de angustia vienen de repente en la noche o en los momentos (necesarios) de soledad. Y eso me asusta más. Porque me hacen proclive a sufrir de alguna depresión y no tienen idea cómo odio eso porque me cae mal la gente que se deprime. Simplemente no lo concibo. ¡Ah! Porque una cosa es cuestionarse, inquietarse pues otra de mis (absurdas) teorías dice que no podemos andar por este mundo sin cuestionarnos nada ¿no? Y si esto es hecho con un poco bastante de ironía puede ser mejor ya que no hace que pierdas la sonrisa (mis amigos puede que piensen que las jornadas de “terapia” sean tediosas pero no pueden negar que también son divertidas) pero otra muy diferente es que alguien vaya por la vida triste y pesimista frente al terrible panorama de su vida. Eso me parece patético aun corriendo con el riesgo de ser un poco intolerante.


No puedo negar que me produce un poco de envidia la gente de mi edad que logra afianzarse en algo y no hacerse bolas por todo y aunque me burle de ellos en realidad es solo una manera de decirles que también los admiro. Desde hace un año y medio más o menos evito hacerlo pero asumo que es un proceso lento y progresivo. Hasta ahora he notado una cierta evolución que incluyeron recaídas gracias a ese mundo femenino que no pocas veces se encarga de complicarnos más la existencia, sin embargo voy por buen camino. Tampoco busco arraigarlo por completo porque es parte de mi personalidad, de ese sello “Davilino” que todo el mundo identifica, pero sí intentar mantenerlo controlado aunque es también difícil cuando te encuentras con gente tan inestable como tú y te obligan a pensar que “dos errores no hacen un acierto” (gracias Pili).

Por lo pronto, con respecto a mi vida emocional y afectiva he llegado a algunas conclusiones (yo y mis teorías…no tengo solución ¿verdad?) que espero se mantengan firmes por el bien de mi estabilidad, tan venida a menos gracias a este post.

A continuación, una de las canciones que es parte de mi soundtrack de verano y que me hace, de alguna manera, más estable. Porque la música es lo único que me estabiliza, debo confesar. “Stand by me” de Oasis.