jueves, 27 de agosto de 2009

Anoche soñé contigo


Anoche soñé que caminábamos juntos.
Anoche soñé que peleábamos.
Anoche soñé que cantábamos una canción bonita.
Anoche soñé que bailábamos.
Anoche soñé que me preguntabas por una obra de teatro.
Anoche soñé que nos sentábamos a conversar.
Anoche soñé que llegaste tarde.
Anoche soñé que llegabas corriendo.
Anoche soñé que te reías mucho.
Anoche soñé que me dabas un beso.
Anoche soñé que ese beso era en la mejilla.
Anoche soñé que tu beso me supo a traición.
Anoche soñé que no llegaste a donde teníamos planeado ir.
Anoche soñé que permanecíamos juntos más de doce horas.
Anoche soñé que te hablaba de mi película favorita.
Anoche soñé que una amiga me preguntaba por ti.
Anoche soñé que comprabas cervezas.
Anoche soñé que rechazabas un cigarro.
Anoche soñé que veíamos droga correr por las manos de nuestros amigos.
Anoche soñé que rozábamos nuestros brazos.
Anoche soñé que pedías un chocolate caliente.
Anoche soñé que tropezabas.
Anoche soñé que me burlaba de ti por eso.
Anoche soñé que te sonreí con nostalgia.
Anoche soñé que te vi en una esquina.
Anoche soñé que gritabas.
Anoche soñé que tu cabello estaba más largo y más bonito.
Anoche soñé que tenías un aire misterioso.
Anoche soñé que me dabas indirectas.
Anoche soñé que admirábamos algo.
Anoche soñé que me negabas tres veces.
Anoche soñé que huías.
Anoche soñé que te cansabas de mí.
Anoche soñé que me buscabas desesperadamente.
Anoche soñé que me odiabas.
Anoche soñé que me mentías.
Anoche soñé que me abrazabas.
Anoche soñé que fingía alegría.
Anoche soñé que no tenías vergüenza de hacer lo que hacías.
Anoche soñé que me escribías un sms.
Anoche soñé que me encontrabas.
Anoche soñé que dormías.
Anoche soñé que tenías unos dientes hermosos.
Anoche soñé que estabas imperturbable.
Anoche soñé que te comprabas ropa.
Anoche soñé que te las ponías.
Anoche soñé que estabas con unos amigos.
Anoche soñé que los odiaba.
Anoche soñé que nos íbamos a casa.
Anoche soñé que leías un mail.
Anoche soñé que te conocía de años.
Anoche soñé que celebraba contigo antes de tiempo.
Anoche soñé que llevábamos cursos en la Universidad.
Anoche soñé que eso era imposible.
Anoche soñé que dejabas un mensaje en el msn.
Anoche soñé que en tu nick me mencionabas.
Anoche soñé que te llamaba.
Anoche soñé que mirábamos el mar.
Anoche soñé que no eras feliz.
Anoche soñé que me extrañabas.
Anoche soñé que me deseabas lo mejor.
Anoche soñé que no decías nada.
Anoche soñé que solo me insultabas.
Anoche soñé que te prohibía morir.
Anoche soñé que tenías esperanzas.
Anoche soñé que me preguntabas por qué no era un chico normal.
Anoche soñé que me asustaba.
Anoche soñé que me consolabas.
Anoche soñé que me dabas fuerzas.
Anoche soñé que me dabas ánimos.
Anoche soñé que hacías de tripas corazón.
Anoche soñé que te escribía bonito en el facebook.
Anoche soñé que me preguntabas por qué era tan ingrato contigo.
Anoche soñé que te ibas.
Anoche soñé que despertaba.
Anoche soñé que soñaba contigo.

domingo, 23 de agosto de 2009

Secretos que confesar...


• Digo que me encanta que las cosas salgan a última hora pero en realidad prefiero planear.

• A veces ensayo lo que voy a decir cuando me encuentre con alguien pero casi nunca lo termino haciendo.

• Lo primero que hago, inclusive antes de saludar, es ver cómo está vestida una persona.

• A muchas personas les sonrío cuando en realidad me llega altamente su presencia.

• Antes de comer huelo la comida, aunque sé que es bien primitivo hacerlo.

• Cuando me equivoco siempre me pongo en la pose de que estuvo fríamente calculado.

• Usualmente me pongo celoso cuando me entero que mis amigos o amigas han empezado a estar con alguien.

• Soy tan fanático de las novelas brasileñas que no me aguanto a verlas en castellano y las veo en portugués, por eso sé algo de ese idioma.

• Finjo que muestro interés por el fútbol pero me importa tanto como el destino de una cáscara de plátano.

• Cuando digo que algo es estúpido quiere decir que me gusta.

• A pesar de que me jacto de escuchar buena música, también he bajado música que me hace acordar mi niñez, es decir, música fresa.

• Siempre digo que no gastaría más de 15 soles para ver una obra de teatro pero he gastado hasta 30 soles.

• Siempre digo que en vacaciones de mitad de año haré ejercicios pero casi nunca hago.

• Yo no canto en la ducha, sino bailo.

• Nunca he visto una película porno, lo que no quiere decir que no haya visto páginas web.

• A veces como chocolate cuando hace frío a pesar que siempre los niego cuando me invitan.

• El origen de mi disgusto por la gaseosa empezó a los 11 años y era porque no quería engordar.

• Una vez me puse el terno con las Converse y fui feliz.

• Siempre planeo aprender a tocar guitarra en las vacaciones de comienzos de año y nunca lo hago.

• Aunque muchas veces lo niegue prefiero el invierno al verano. La relación es de 55%-45%.

• Dejé de usar el Hi5 por mono.

• Aprendía fumar por mono.

• A veces me siento identificado con la forma de pensar de la familia P.Luche.

• Nunca he visto una película de Visconti.

• Uso Wikipedia para fines realmente estúpidos.

• Cuando voy a Larcomar me dan unas ganas increíbles de bailar.

• A veces me luzco en algunas cosas solo para que algunos amigos me envidien.

• De las 6 películas de Harry Potter que he visto 4 me han parecido aburridísimas.

• El café me empezó a gustar recién cuando mi prima me invitó a un conocido café porque antes lo detestaba.

Esta canción me gusta mucho: For lovers.


domingo, 16 de agosto de 2009

Prohibido morir

Recuerdo que la primera vez que me mencionaron la muerte fue cuando tuve 5 años. No hubo una gran explicación. Simplemente mi madre recibió una llamada en la cual le decían que mi pequeño primo Anthony había fallecido ahogado. Empezó a llorar desconsoladamente diciendo: “Anthony ha muerto”. Automáticamente yo también empecé a llorar de manera realmente conmovedora mas sin entender realmente qué había sucedido pues solo sabía que “ha muerto” debía ser algo muy grave o preocupante pero sinceramente no entendía en lo más mínimo la actitud de mi madre en ese momento. Ahora que lo pienso tal vez empecé a llorar por pura solidaridad o porque quizás nunca vi llorar a mi madre de tal manera.

Después de la conmovedora escena de un sábado de 1995 en la cual las compañeras de trabajo de mi madre le dieron a tomar un vaso de agua y a mí de gaseosa recuerdo que nos dirigimos al velorio que ya se estaba oficiándose en la casa del ahora difunto primo. Era un cajón blanco, si mal no recuerdo. No obstante, lo que más despertó mi interés y lo que me afectó más fue ver a mi tía Naty en la cama mencionando el nombre de mi primo. No lo hacía llorando sino más bien delirando. Veía a mucha gente haciéndole oler alcohol con algodones y pasándole unos paños por la frente, sin embargo ella invocaba con dolor el nombre de su hijo como si de esa manera el fuera a aparecer en el dormitorio: Fue allí que comprendí que jamás volvería a ver a mi pequeño primo de tres años. En ese momento recordé con mucho dolor (puede que haya sido en ese momento que lo descubrí) los momentos en los que habíamos jugado juntos y las risas que habíamos compartido. Luego de ello, no tuve el valor de ver el cadáver y me mantuve junto a mi madre sin mencionar palabra alguna que recuerde.

Alguna vez conversando con mi madre sobre este triste episodio me dijo que luego de ir al velorio me sumergí en una profunda depresión, que ocasionó que me tuvieran que mandar donde la psicóloga del jardín de niños quien le llamó la atención a mi progenitora por no haber evitado que yo vea semejantes escenas de dolor a mis escasos 5 años. Para ser sincero no recuerdo que alguna vez haya tenido que ir a terapia o que incluso me haya deprimido de tal manera que me tuvieran que llevar a hablar con una especialista pero si dicen que ocurrió debió haber sido así porque tampoco recuerdo al 100% todo lo de esa época.

Tres años después volví a recibir una noticia relacionada a la muerte: Había fallecido un tío muy querido de la familia. La noticia me la dieron en Chongoyape, en el departamento de Lambayeque, donde pasaba mis vacaciones de verano. Al tío Humberto (de quien nunca supe si realmente fue mi tío o solo un personaje muy querido de la familia) lo recuerdo muy viejito y siempre regalándome un helado. Esta pérdida la lloré pero no la sentí mucho pues el tío no era muy cercano y además sentía, a mis 8 años, que su ciclo de vida ya había acabado. Años después me enteré que otro tío había fallecido cuando tuve 7 años pero optaron por no contármelo pues temían algún trauma irreversible. No obstante todas estas experiencias que estoy contando y algunas otras nunca he sentido la pérdida de alguien realmente querido y cercano. De repente la de mi primo Anthony pudo haberlo sido pero hay que resaltar que recién entendía la verdadera dimensión de una muerte, además tenía 5 años, por ello tiene un significado diferente pero no por ello menos especial. Como comprenderán estas muertes ocurrieron cuando era un niño y tenía menos de 10 años. A partir de ahí ningún integrante de mi familia o amigos ha fallecido.

A lo que voy con este post es que a mis 19 años he convivido con tantas personas a las que quiero tanto que simplemente no concibo la idea de que alguna de estas desaparezca súbitamente o que tenga que prepararme a su irremediable pérdida. Es cierto que muchos dicen que uno se acostumbra a la ausencia de ciertas y, de hecho, yo también me he acostumbrado a no ver a muchos amigos a quienes antes frecuentaba, no obstante, cuando siento la necesidad de hablar con ellos puedo llamar a sus celulares o mandarles un correo electrónico o dejarles un mensaje en el Facebook. Pero acostumbrarme a la pérdida total no creo ser capaz de estar preparado, aunque lo que más martilla mi cabeza es si en algún momento lograré estarlo y superar con creces la muerte de alguien.

Hace poco fui a ver una obra llamada “Para morir bonito” en la cual el protagonista, a quien nunca se le había muerto nadie, decía que tal vez eso ocurría porque les había prohibido a todos sus seres queridos que tengan la osadía de hacerlo. Eso a mí me gustó porque de repente, después de las muertes que de alguna manera más he sentido y que han ocurrido cuando era niño, yo también les he prohibido a todos los que quiero que se mueran. Y si no lo hice cuando niño pues lo hago ahora: Les prohíbo a todas las personas que quiero (familiares y amigos) que se mueran y si tienen la osadía de hacerlo, los mato.

Canción para vivir: Me and Julio down by the schoolyard

Calamaro y las lecciones aprendidas


Bueno, para nadie fue un secreto que asistí al concierto del gran Andrés Calamaro el 26 de octubre de 2008, de quien soy fanático desde que tengo 8 ó 9 años cuando escuché por primera vez “Cuando te conocí” y “Me arde”, luego “Loco”, “Alta suciedad” y “Flaca”, a los 13 años le pedí a mi prima su “Salmón” y confirmé que era demasiado hincha de este Señor (sí con mayúsculas) y canciones como “Ok perdón”, “Crucificame” y “Horarios esclavos” marcaron esa etapa de mi vida. Un año después adquirí mi primer disco original de Andrelo que fue “El Cantante”, una suerte de disco con mucha bolero pero que fue el soundtrack de ese año a la par con otro grupo que no vale la pena mencionar ahora. Dos años después escuché “El Palacio de la flores”, un álbum que no fue precisamente mi favorito pero del que rescaté canciones como “Corazón en venta”, “Rosemary”, “Contigo aprendí” (canción que le dediqué a una buena amiga) y “Mi bandera”. En 2007 el Salmón editaría “La lengua popular” un disco que marcó todo mi ciclo 2007-2 en la Universidad. Como sentía que tenía a Andrelo un poco abandonado decidí bajarme por Internet (con virus incluidos) todos los discos anteriores y quedé enamorado de canciones como “Jugando con fuego”, “Socio de la soledad”, “Clonazepán y circo”, “Todo lo demás”, “El tercio de los sueños” y por supuesto “Paloma” que debe ser la canción que más me gusta de Calamaro.

Teniendo como referencia todos los álbumes yo me cortaba si no iba a ese concierto que, para mí, fue un total éxito pero me hubiera gustado que toque canciones que aunque estuvieron voceadas que lo iba a hacer pues no lo hizo. Pero aun así, lo disfruté mucho pero hay algo sobre lo que debo escribir: Esa semana también me percaté de algunas cosas que me pasaron y que no puedo ignorar. Primero, me di cuenta que, a veces, las personas herimos sin darnos cuenta y aunque eso puede sonar trillado siempre alcanza una real magnitud cuando el afectado es uno y de alguna manera jode. Me sorprendió que personas que tú consideras de alguna manera una referencia en tu vida simplemente te ignoren de manera olímpica cuando cambia la escenografía de las situaciones. Claro que nosotros también somos culpables de permitir estas cosas pero es difícil cuando tampoco sabes cómo encarar situaciones y esto debe ser en parte por la inexperiencia. De pronto, estoy siendo muy complicado pero como ya lo dije es un rasgo que me caracteriza y eso me hace crecer (no literalmente, por supuesto). Por los pronto estoy ciertamente decepcionado por la ingratitud de quien creía era 1 buen amigo. Una lástima pero tampoco uno va a detener su vida por ello, asumo que viviré situaciones peores y tengo que guardar energías para cuando pase eso aunque debo confesar que hay personas que me gustaría que estén “ahí” cuando las necesite.

Por otro lado, me di cuenta la responsabilidad que puede significar que una persona te pide que abogues por otra. Y esto es la contraparte de lo que conté un párrafo arriba, muchas veces tampoco nos damos cuenta que otros se preocupan por nosotros y que están tan al pendiente de lo que nos pase que cualquier cosa que nos ocurra significará que esas personas entren a batallar por nosotros y por nuestra felicidad. Y esto se evidencia aún más cuando esas personas que sienten un profundo aprecio por nosotros recurren a otras porque saben que esas personas también pueden hacer, tal vez, más que ellas. Bueno, esta vez alguien me pidió que ayude a alguien. Al comienzo me desconcertó bastante pero acepté casi sin darme cuenta. Luego de un momento lo analicé y me desconcerté aún más pues la responsabilidad que tenía era demasiada. Aún así lo haré no solo porque lo siento como una suerte de misión sino porque sé que de repente también, al preocuparme por alguien, recurriría a alguien que sé que es importante en la vida de la otra persona. Y también porque es muy paja que alguien se interese por ti ¿no?